Abruptos
recuerdos erupcionan melancólicos
en
la cornisa del malabarista suicida
en
que se ha convertido mi memoria
desde que te vi partir en la neblina oscura de los
días.
No consigo escribirte…
El
pasado golpea intermitentemente su puerta
cerrada
felizmente a cal y canto.
Tu
presencia se hace inerte y escandalosa
como la sangre en una herida abierta.
No consigo escribirte…
Ahora
solo encuentro tu rostro
en
el estercolero de mis pesadillas.
Eres
ya un eco, un aullido lejano
Un bolígrafo triste, unos ojos que lloran.
No consigo escribirte…
Y
los ojos que lloran
resultan
ser los de mi espejo,
el
bolígrafo triste
quien escribe estos versos.
No consigo escribirte…
Que
la noche hoy se avecina triste y solitaria sin ti
como
la noche en que te vi partir
hacia
el amargo consuelo del rencor,
hacia
la abrumante existencia del olvido.
Hola Daniel! veo que escribes poemas con tema de fondo el amor. He releído hacia atrás los poemas anteriores y éste me parece como una continuación de algunos de ellos, por ese adiós, esa despedida y esa tristeza que queda y fluye de tus versos.
ResponderEliminarMe gusta tu estilo: sencillo, tierno, melancólico.
Me alegra haber venido a leerte.
Saludos
Rosa.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMaravilloso poema. Profundidad y sentimiento que afloran en su justa medida, a cada poco y con fuerza.
ResponderEliminarEnhorabuena
Poemas con ritmo y versos bellos
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